martes, 7 de agosto de 2012

Capítulo 7. El ascensor

Don Perfecto había esperado por mí para salir hacia el edificio. Él llevó la mitad de los documentos y yo la otra mitad. 

No nos hablabamos, no quería tener nada que ver con ese idiota. 

Llegamos al edificio.

-¿Tomamos el ascensor?-Preguntó Don Perfecto mirándome por encima de los documentos.
-Haz lo que quieras.

Don perfecto apretó el botón y esperamos. El ascensor no tardó mucho y entramos.

No había nadie. Ese ascensor se llenó de un incómodo silencio. Apreté el botón de la tercera planta. El tiempo pasaba y aún seguíamos ahí.

-Esto tarda mucho. ¿No crees, Mel?
-No me hables, y no me llames Mel.
-¿Por qué te caigo tan mal?-Dijo Don Perfecto dejando los documentos a un lado del ascensor.
-Ni te me acerques.
-¿Por qué?-Dijo mientras se me acercaba. 

Empecé a andar hacia atrás y Don perfecto caminaba hacia mí. 

Acabé tropezando con la pared y él se había pegado a mí mirándome fijamente.

Parecía una película de amor, de no ser por el protagonista.

-¿Qué pretendes?-Pregunté.
-Shh.-Dijo mientras me ponía el dedo índice en los labios.

Empezó a acercarse, podía sentir su respiración. Sus labios fueron acercándose hacia los míos lentamente. Quise apartarle pero no podía. Algo dentro de mí me lo impedía.

Nuestras narices se chocaban. Pero, justo cuando me iba a besar se apartó bruscamente de mí con una sonrisa.

-Es decir que te gusto.
-¿Cómo?
-Dejarías que te besase. 
-No, imbécil. Estaba asustada por el ascensor y no sabía qué hacer.
-Ya, y besarme era lo más adecuado.
-Niñato infantil.

Le odiaba. No sabía que podía llegar a ser tan imbécil pero, lo era. 

El ascensor se abrió, entregamos los documentos y me dirigí hacia las escaleras.

-Pobre Mel, no tiene el valor de ir de nuevo al ascensor.-Dijo Don perfecto en un tono desafiante.
-Idiota, ahora vas a ver.

Don Perfecto hizo algunos gestos de burla y se echó a correr yo corrí detrás de él y acabamos de nuevo en el ascensor. Para mi suerte no ocurrió nada.

Volvimos a nuestras casas. Decidí no contarle nada de esto a nadie. Ni si quiera a Sofía.

                                      Continuará

Capítulo 6. Odio

Capítulo 6. Odio

Me planté delante de la casa de la señora Looper. Llamé a la puerta tímidamente y se abrió la puerta. Sonreí débilmente. El rostro de la señora Looper se iluminó al verme. Me hizo un gesto para que pasase. Su casa estaba limpia y muy bien cuidada. 


Habían fotos de adultos y niños colgadas de las paredes de madera. Una foto me llamó la atención, estaba colgada del recibidor. Era una foto antigua, una familia numerosa reunida en un precioso parque. Me quedé embobada mirando todos los detalles de la foto. 

-¡Pero no te quedes ahí embobada, chica!-Dijo la señora Looper desde la cocina.
-Lo siento, es que esa foto me ha llamado la atención.


La señora Looper salió de la cocina para comprobar a que foto me refería.


-Ohh... Esa foto... Es de cuando era joven. ¿Ves? Esa de ahí era yo de niña.-Dijo la señora Looper señalando a una mujer joven.
-Vaya... ¿Ese debería ser su padre?
-No. Ese era mi tío.-Señaló a un hombre de rostro severo y de bigote recortado.-Ese era mi padre.
-Parecía... ¿buen hombre?
-Así es... aunque era muy estricto.-La voz de la sra. Looper empezó a temblar.-Ven a la cocina. Te he preparado un té y unas galletas.



La sra. Looper había cambiado bruscamente de tema. Seguro que era una parte de su pasado  horrible y dolorosa. Entré a la cocina y comenzamos a charlar. Sobre mis estudios, mi familia... Hasta que se hizo la noche y, volví a casa.


En el camino de vuelta, una extraña figura salió de detrás de una farola.


-¡Bú!
-¡Oh! ¡Dios!-Pude observar que era el idiota de Green.
-¿Te has asustado?
-No... para nada.
-Ja,ja. Ya... ¿Donde está tu amiga la pecas?
-En su casa. Y tiene un nombre.
-Ahh... Bueno.-Me tiró de mis largos cabellos y soltó una carcajada.
-Imbécil.-Dije dándole un empujón. Y largándome de allí.


Entré a mi casa. Cené, me cepillé los dientes y a dormir.

Ese  Don perfecto era un estúpido. Me tenía harta. Todos los santos días me molestaba.

No podía dormir. Cerré los ojos con fuerza pero, no podía dormir.

Amanecía, era hora de levantarse. Desayuné, me duché y me vestí. Cogí mi mochila y esperé el autobús. Sofía y el idiota de Green estaban allí.

Sofía me saludó y Don perfecto me miró de reojo. Como le odiaba, era el típico niñato infantil que odiaba.

Sofía me cubrió de preguntas del tipo: ¿No te parece guapo Green? Creo que le gustas, Seguro que está con otra para ponerte celosa.

Le negué a Sofía sus palabras. Y, miré a Green con cara de asco. El autobús había llegado. Subimos. 

Don perfecto me cedió el paso intentando burlarse de mí. Pero, yo di un paso atrás y le dije: Las damas con más clase primero, mi comentario le molestó bastante y subió al autobús enfadado. 

Llegamos al instituto. Las clases, nada fuera de lo normal aparte de que Don perfecto intentaba dejarme en ridículo delante de toda la clase. 

Sofía intentaba calmarme pero cuando me enfado, nada me puede parar.

Lo único que había fastidiado mi día había sido esto, el profesor nos había encargado a Don perfecto y a mí, ir cuando acabasen las clases, al edificio de enfrente a entregar los documentos.

Ese profesor me tenía manía. Apreté los puños en señal de rabia.
Sólo quedaban cinco minutos de clase.

                                   Continuará